Hasta el momento
hemos ido viendo las características, los resultados y la comparativa del
modelo educativo finlandés y el nuestro. El modelo educativo de este pequeño
país nórdico nos lo han presentado desde hace unos años como el mejor, el que
consigue mejores resultados y hace de sus alumnos ciudadanos muy bien
preparados capaces de aportar gran valor a la sociedad. Lo que resulta más
difícil, a priori, es saber cuáles son aquellos factores y/o características que
convierten a este país en el mejor de Europa y de los mejores del mundo. Tras
el análisis que hemos ido haciendo en las anteriores entradas, he querido
recoger, a modo de conclusión, aquellos aspectos que resaltan más y que, a mi
parecer, nos ayudan a entender el éxito de un sistema educativo brillante.
Uno de los principales factores que
más nos ayudan a entender y explicar el éxito de Finlandia en educación es su afán por construir los pilares de su
fortaleza en el conocimiento, la destreza y la productividad. Los
finlandeses apuestan por la educación porque saben que como país pequeño,
rodeado de vecinos poderosos como Rusia o Suecia y sin un arsenal de recursos
naturales a su disposición, la cultura y su dominio en el ámbito del
conocimiento es lo que les da la posibilidad de competir en una economía
global. Un dato revelador es que Finlandia es el tercer país del mundo que
invierte más en I+D y el que tiene más investigadores por cápita a nivel
mundial.
De hecho hay quien dice que el éxito
finlandés se debe a que encajan tres
estructuras: la familia, la escuela y los recursos socioculturales, como
ludotecas, bibliotecas, cines, etc. Los
tres engranajes están ligados y funcionan de forma coordinada, ya que los
padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la
educación de sus hijos, por delante de la escuela y complementan el esfuerzo
que se hace en el colegio. En Finlandia, además, existe una herencia cultural
basada en la responsabilidad que fomenta la disciplina y el esfuerzo, por lo
que la sociedad valora a las personas
por su formación y no por su situación socioeconómica. Los medios
indirectamente también ayudan al aprendizaje de la lectura mediante programas
de televisión en versión original subtitulados, lo cuál impulsa a los niños a
aprender a leer y a aumentar la velocidad lectora.
Otro factor
clave de éxito es que tanto políticos,
directores de centros escolares, profesores y universidades van todos a una y,
junto con las familias, priorizan la educación y el desarrollo del talento por
encima de cualquier otro aspecto.
Finlandia tiene
un sistema donde políticos, pedagogos, empresarios, estudiantes, etc., saben que la educación es el principal
recurso del país para competir en el mercado internacional y para construir
una ciudadanía cívica. Hace unos años el sistema estaba mucho más centralizado
pero descubrieron que los resultados eran mejores si cedían más poder y
autonomía a los colegios. Hasta llegar al punto en el que se encuentran ahora,
donde las competencias en educación están mayormente delegadas a la
administración local y al propio centro de enseñaza junto con el profesorado
que está a su cargo.
Hablando en
términos legislativos y políticos, las ventajas que proporciona el modelo
finlandés a sus estudiantes provienen de su gasto público, que representó en
2009 el 6,8% del PIB (el 5% en España). Así, la enseñanza obligatoria es gratuita en todos sus conceptos, desde
el material hasta los gastos de comedor y transporte. También los estudios universitarios son gratuitos, incluidos
aquellos destinados a los adultos. Es, además, en Finlandia donde la educación es uno de los temas sobre el
que existe consenso político respecto a su importancia, lo que supone una
estabilidad en el sistema educativo que permite que éste se desarrolle
completamente, pueda evolucionar y madurar dentro de los mismos parámetros.
Los finlandeses, por lo tanto, consideran que la educación es la llave para el
desarrollo de un país, por lo que el país nórdico dedica del 11% al 12% de los
presupuestos del estado y los ayuntamientos a financiar este modelo de
educación. Lo más positivo de todo es que el gasto se realiza de un modo
eficiente, ya que el gasto medio por alumno es muy similar al de España, siendo
los resultados muy diferentes, casi extrapolados. Además, el sistema social finlandés contribuye con numerosas ayudas oficiales a
las familias para que puedan conciliar su trabajo y la atención a sus hijos
y, con ello, continuar con su dedicación y empeño educativo también en el
hogar.
Sin duda uno de
los aspectos más relevantes del éxito educativo de Finlandia es la gran valoración que recibe la figura del
profesor, ya que Finlandia es un país donde ser profesor es un privilegio.
Ésta es una profesión venerada socialmente y nadie se dedica porque no tiene
otra opción. Sólo los mejores, los que demuestran ser más competentes y superan
pruebas de selección muy duras, consiguen acceder a la universidad para recibir
la formación y el entreno que los conducirá a las aulas. Esto es necesario, porque
el profesor es el responsable de conseguir que cada chico y chica llegue al
nivel más alto de conocimiento que sea posible. Eso si, no está supeditado a
libros ni materiales; es un profesional de la educación y, como tal, es el
líder, un referente, el conductor del espacio de aprendizaje que conforman
ellos y sus alumnos. La comunidad confía
en los profesores porque saben que han sido muy bien preparados ya que los
alumnos con mejores resultados son los únicos que pueden acceder a la docencia.
El aula es un espacio donde se combina el
aprendizaje teórico, con la experimentación y el descubrimiento por uno mismo,
consiguiendo un espacio de innovación continua, en un ambiente distendido e
informal. Mensajes como “el aprendizaje depende de ti mismo”, “es divertido
aprender” y “es bueno para tu futuro” son una constante en el aula, ya que son
la base de la motivación y un factor muy importante para conseguir mejores
resultados en el aprendizaje. Con este planteamiento, las evaluaciones no hacen
falta, solo tienen una al final de la etapa de bachillerato.
El método
educativo que impera en las aulas es otro punto a favor del éxito de la
educación en Finlandia. La escolarización se produce a los siete años, momento
en el que los niños llegan a una madurez intelectual suficiente que les permite
asimilar y comprender la información que van recibiendo. Se les ofrece una estabilidad emocional y seguridad, teniendo al
mismo profesor durante los primeros seis años de primaria el cual no fomenta,
en ningún momento, la competitividad del alumnado ni las comparaciones. Se
intenta, además dedicar una atención
personal a cada niño, para lo que se cuenta con otro profesor que entra al aula
a modo de soporte. Ambos profesores prestan mucha atención a la evolución
del alumno desde el comienzo, intentando atajar los problemas de orden
académico en los primeros años de escolarización. Las horas lectivas de los
niños finlandeses son menores que en otros países, entre las cuales se brindan
ratos de juego y descanso.
La metodología ha abandonado las
memorizaciones típicas y hace énfasis en el desarrollo de la curiosidad, la
creatividad y la experimentación. En Finlandia la educación no es una
cuestión de transmitir información, sino que es más importante aprender a
pensar. Por lo tanto, la tipología de clases, lejos de convertirse en una clase
magistral fundamentalmente unidireccional, se convierte en un debate abierto
donde los profesores fomentan mucho la participación.
Como decía
anteriormente, cada colegio en Finlandia
tiene autonomía para organizar su programa de estudios. La autonomía de los
colegios se enmarca dentro de un sistema en el que la educación se concibe como
algo gratuito e igual para todos. Además, el sistema finlandés cuenta con un
trabajo integrado de todos los estratos del sistema educativo, ya que están
acostumbrados a organizar el sistema educativo como un todo, por lo que la
colaboración para mejorar los planes de estudio es muy grande.
Aún y estas
características que hacen del modelo finlandés un modelo a seguir y, aún y los
fantásticos resultados académicos; un modelo como el finlandés también tiene
sus inconvenientes. Existe un alto número de niños y adolescentes finlandeses
que sufren depresiones y ansiedad.
Además, Finlandia cuenta con una tasa de
suicidios bastante elevada en comparación a otros países de la UE. Y, es en
este punto donde se produce una disparidad importante, porque los alumnos
pueden obtener resultados académicos brillantes, pero cuando se observan los
índices de bienestar emocional, no parece que a los niños y adolescentes
finlandeses les vaya tan bien. Para afrontar este problema, se imparte de
manera periódica en las escuelas la asignatura “Educación para la salud” con la cual se trabaja la competencia
emocional y social de los alumnos. En Finlandia se cree que este será un punto
de partida para mejorar el bienestar emocional de los niños y adolescentes
finlandeses en un futuro próximo.
En conclusión,
podríamos decir que Finlandia tiene un
sistema educativo que está pensado para que nadie se quede atrás confiriendo
un sistema educativo que presta atención a cada pequeño detalle para favorecer
que el finlandés medio tenga un nivel educativo alto o muy alto. Aunque el
sistema educativo finlandés parezca muy completo y eficaz, la escuela finlandesa
tiene unos retos y unas metas que conseguir como es el responder a las
necesidades del mundo global con cambios rápidos, ya que la competencia
internacional requiere constante mejora en el nivel de la investigación y de la
enseñanza. Además, teniendo en cuenta el crecimiento del número de inmigrantes
y de la heterogeneidad cultural, Finlandia cada vez lo tendrá más difícil para
mantener los buenos resultados. Por ello, tendrán que tomar ejemplo de otros
sistemas educativos que hayan vivido una etapa similar y cuenten con
rendimientos altos. Finlandia también ha sufrido parte de la crisis, y con la
recesión económica se ha incrementado el número de alumnos en cada grupo-clase.
Por ello otro de sus retos es volver a reducir el tamaño de los grupos a fin de
poder dar una respuesta individualizada a cada alumno, tal y como marca su
máxima. Teniendo en cuenta los resultados de Finlandia en PISA, otro de los
retos que se plantea el país nórdico es reducir las diferencias de sexo en el
rendimiento de la competencia lectora mediante las políticas de fomento de
ésta.
RETOS:
Pero es España
quien se tiene que plantear más mejoras,
más cambios. A partir del análisis que hemos hecho sobre el sistema
educativo finlandés y teniendo en cuenta la comparativa con el nuestro y la
explicación del éxito del país nórdico, he querido enumerar lo que a mí me
parece necesario para iniciar un cambio en el sistema educativo de nuestro
país:
Definir una
Estrategia Nacional de futuro pactada ampliamente, con una mayoría de acuerdo entre
los partidos políticos.
Es del todo
imprescindible dar estabilidad al sistema educativo, por lo que se hace
necesario un pacto político de las principales fuerzas del Estado.
Hacer
transparente la financiación escolar y clarificar y explicar el precio de una
plaza escolar. Además, aplicar dichos criterios a todos los niños/as del estado
independientemente de la titularidad del centro donde estudien.
Más inversión
educativa por parte del Estado. El objetivo debería ser un 6% del PIB en los
próximos 10 años para compensar el estancamiento de los últimos 14 años.
Incrementar el
gasto público en la protección de las mujeres y hombres con hijos para la mejor
conciliación de la vida familiar y laboral.
Potenciar y
coordinar los servicios de atención sanitarios infantiles dentro y fuera de los
centros educativos.
Ofrecer más
autonomía y descentralización a los centros educativos y a las administraciones
locales.
Hacer una
selección del profesorado de educación primaria y secundaria previa a la
entrada a la universidad, formación y reciclaje muy estrictos de los docentes
de dichos niveles, especialmente en competencia lectora.
Profesionalización
muy exigente de la función directiva.
Para una mejora
del aprendizaje de la lectura por parte de nuestro alumnado, crear una red de
bibliotecas municipales y escolares, exigir y organizar la especialidad de su
personal y, priorizar el acceso a ellas para todos los ciudadanos.
Para una mejora
del aprendizaje de las lenguas se podría proponer que el Consejo Audiovisual
del Estado planifique que las cadenas de televisión emitan progresivamente la
programación extranjera en la lengua original con subtítulos.
Todo este
sistema educativo que hemos estado analizando desde hace ya unas cuantas
entradas es difícilmente extrapolable a
España, porque el sistema educativo finlandés tiene sentido en una sociedad
bien educada y respetuosa, donde los niños son lo más importante, donde su
educación es un pilar básico porque ellos son el futuro. Aquí, en nuestro país,
los niños son lo de menos (hasta que no eres adulto no te tienen en cuenta),
las clases están abarrotadas y no dejan de hacer recortes en educación. Además,
las bajas maternales y paternales son ridículas y las madres y los padres que
se quedan más tiempo con sus hijos son vistos como personas que se dejan, que
no quieren “realizarse”. Por ello, los niños acaban en la guardería o con la
abuela, en vez de con los padres. A esto hay que sumarle que en los colegios
acaban teniendo clases demasiado estandarizadas, siendo todos iguales e
intentan que los niños aprendan a leer cuanto antes, en vez de esperar a que
estén motivados para ello. Algunas escuelas, además, funcionan apartando al que
molesta porque no se entera y apartando al que se entera porque molesta demasiado.
Y todo esto
inmerso en un sistema social donde los que más mandan pueden hacer lo que
quieran con nuestros impuestos, donde cada partido que llega al poder hace y
deshace a su antojo, sin tener probablemente medios ni estudios para hacerlo y
en el que los padres tienen pocas posibilidades de participar activamente en la
escuela principalmente porque no pueden salir del trabajo para hacerlo.
Así que como ya
hemos visto nos queda mucho que aprender, pero hay que tener en cuenta que el problema no radica sólo en el ámbito de
la educación, sino que nuestro país tiene un problema estructural que
afecta a todos los ámbitos.
Cuánto nos queda
por aprender…
Sara López García, 21 de Septiembre de 2014.