sábado, 31 de enero de 2015

Comparación entre el sistema educativo de Singapur y el de España.

Antes de iniciar una comparación entre ambos sistemas, tenemos que tener en cuenta que estamos comparando sistemas educativos de países muy diferentes. Generalmente, se puede hacer una gran distinción entre la manera de concebir la educación dentro y fuera de Europa. Es por esto, que vamos a analizar a grandes rasgos las principales diferencias en la manera que tienen los países europeos y los no-europeos de concebir la educación.

Según un estudio sobre la Comparación de Sistemas Educativos a nivel Internacional realizado por el Centro de Investigación en la primera infancia (Center for Research in Early Childhood – CREC), si analizamos los patrones y las asociaciones entre los indicadores y los resultados de PISA, los países europeos presentan en su mayoría:
Una proporción superior de profesores por número de alumnos.
Unos niveles altos de formación y cualificación.
Unos niveles altos de regulación de la escolaridad.
Más lineamientos curriculares nacionales para preescolar.
Una estrategia de gobierno más fuerte y una inversión más elevada en preescolar.

Sin embargo, los países no europeos muestran en su mayoría diferentes patrones a los de los países europeos:
Una proporción inferior de profesores por número de alumnos.
Unos niveles relativamente bajos de formación y cualificación.
Unos niveles más bajos en cuanto a la regulación de la escolaridad.
Lineamientos más bajos en cuanto al currículum nacional para preescolar.
Baja participación del gobierno en la estrategia y la inversión en preescolar.

Quizás esta comparación es muy generalista, ya que ciertas características no se le pueden atribuir al a todos los sistemas educativos de países no europeos. Aún y así, hay que tener claro que la manera de concebir la educación es consistentemente diferente. 

Más concretamente, para poder comparar los sistemas educativos de Singapur y España, necesitaremos saber cuáles son las fortalezas y las debilidades de ambos. Del sistema educativo español ya hicimos este análisis en entradas anteriores. Ahora nos toca examinar los puntos fuertes y los más débiles de un sistema educativo tan exitoso a nivel internacional.

Fortalezas del sistema educativo de Singapur:

El sistema educativo de Singapur se basa en un sistema meritocrático (lo podemos considerar, a la vez, una fortaleza y una debilidad). Este tipo de sistema  establece que la superación,  el avance en la escala de las oportunidades, depende del mérito personal y las competencias de cada sujeto: y no de acuerdo a los antecedentes sociales y económicos del propio sujeto. Singapur y Finlandia son un ejemplo de estos sistemas. El sistema meritocrático no confunde la igualdad de oportunidades con la igualdad de méritos. Confundirlo se considera una injusticia dentro de este modelo.
Partiendo del concepto de meritocracia, un elemento clave del sistema educativo de Singapur es que su amplia malla curricular ha permitido a los estudiantes, con diferentes habilidades y estilos de aprendizaje, desarrollar y mantener un interés en sus estudios. Esta capacidad del sistema puede que sea un elemento clave detrás del éxito de Singapur en la educación y de llevar las tasas de abandono escolar a niveles bajísimos.
Las políticas educacionales se caracterizan por ser transversales, es decir, involucran a toda la comunidad educacional del sistema: padres, profesores, universidades y gobierno.
Un de las grandes fortalezas del sistema educativo de Singapur es la gran calidad de sus profesionales.
La formación docente está centralizada a través de una única institución que depende del Ministerio de Educación.
El reclutamiento de estos profesionales se hace a través de una única institución y es muy severo y exigente.
La remuneración de estos profesionales es considerablemente alta, de acuerdo al mercado. Se considera un factor importante para asegurarse de contar con los mejores profesionales.
Por lo que al desarrollo profesional se refiere, el sistema pone mucha atención en este elemento, estableciendo que los docentes deben estar en un constante perfeccionamiento, así como entregarles la posibilidad para su desarrollo a través de la carrera profesional alcanzando diversas trayectorias y oportunidades laborales.
La rotación de los directores es una de las claves del sistema, el cual establece que un director no debe permanecer en un único centro escolar a lo largo de su carrera profesional. La rotación para los directores de primaria es cada 7 años y para los directores de secundaria cada 5. Así se aseguran que los mejores directores puedan ir a escuelas que no son tan buenas y lograr subir el desempeño de estos. Detrás de esta idea está la teoría de la escuela efectiva en donde se reconoce que el liderazgo del director es fundamental para el buen funcionamiento de un centro escolar.
En Singapur, por lo que al desarrollo económico y al educación se refiere, se busca a través de la regulación de las necesidades del mercado y los profesionales, contar con los graduados de carreras profesionales y técnicos necesarios para el sistema, y no tener una sobre oferta de profesionales. Esto se refleja en el bajo índice de paro del país (2%) así como la capacidad de los nuevos titulados de encontrar trabajo pasados 6 meses de acabar la carrera. El elemento crucial para que esto suceda es que el Estado sigue muy de cerca las necesidades económicas del país así como determina la calidad y cantidad de profesionales que se necesitan para satisfacer la demanda.

Debilidades del sistema educativo de Singapur:

El sistema educativo de Singapur es altamente competitivo. Los estudiantes deben someterse a lo largo de su vida escolar a diversos exámenes para ser calificados, lo cual genera un alto estrés en los estudiantes y en los padres. De hecho, los alumnos se ven sometidos a tres exámenes importantes a lo largo de su trayectoria escolar: Primary School leaving examination (final de primaria), GCE O/N Level (final de secundaria) y GCE A Level (final post-secundaria).
El sistema educativo es rígido y de baja movilidad, ya que se basa en la clasificación de los alumnos de acuerdo a su rendimiento académico para determinar su camino desde la educación secundaria hasta la superior. El problema que se detecta en este sistema, es que solo el 5% logra cambiarse de un camino a otro, principalmente si es que quieren ascender. Por lo tanto se percibe una baja movilidad, lo cual a su vez se contradice con su sistema de escaleras y puentes; así como el discurso que promulgan de la existencia de equidad y de igualdad de oportunidades en la educación.
El sistema meritocrático de Singapur también lo podemos considerar una debilidad debido a que establece un sistema educativo segregador. Existe una segregación académica. Tal y como ellos mismos establecen, los estudiantes que asisten a la ITE corresponde a los no “académicamente aptos”. Por lo cual se carga de simbolismos a quienes asisten a uno u otro tipo de institución de educación superior.
Es por ello que existe una baja inclusión educativa. Se observa también que este sistema basado en la clasificación de los estudiantes de acuerdo a sus resultados académicos no permite la inclusión de aquellos alumnos con algún tipo de necesidad educativa especial. Ya sea un nivel alto de discapacidad como ceguera hasta un nivel menor como déficit atencional. Estos alumnos son enviados a colegios especiales que no comparten el mismo currículum ni son parte de un proyecto de integración. Cabe destacar que en materia de inclusión Singapur reconoce que se encuentra en una etapa muy inicial.
Por otro lado, existe un fuerte control social y unos discursos entre los actores educativos del sistema educativo de Singapur que se empeñan en asociar la deserción escolar con drogas y crimen (tienen una sociedad muy arraigada a los prejuicios y los estigmas sociales). En Singapur se considera que, específicamente, quienes asisten a la educación técnica son estudiantes de bajos recursos que se encuentran más influenciados a cometer crímenes y al consumo de drogas debido al sector de donde provienen, por ello el propósito de la educación técnica es bajar la delincuencia en los jóvenes, transformándose en una herramienta social y de control para mantener a los jóvenes fuera de las calles. El problema detrás de este discurso recae en que existe una suerte asociación entre familias de escasos recursos y crimen  y drogas. Lo cual se transforma en un fuerte estigma social.
Unos de los desafíos del actual sistema educativo de Singapur y que ha surgido a partir de la revisión que ellos mismos han hecho con respecto a su educación, es que existe una alta preocupación de que los estudiantes y titulados del sistema se están formando con una baja capacidad creativa. Por ende, el sistema no está generando lo que ellos denominan como “thinking students”. Este cambio se está buscando a través de la introducción de nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje, así como con la modificación de la estructura de las clases. Aparición de un nuevo modelo denominado “Teach less, learn more” cuyo objetivo es fomentar que el estudiante aprenda más y participe activamente en el proceso de aprendizaje.
Singapur ha formado alumnos pragmáticos, los cuales son producto de una estructura de enseñanza horizontal, orientada a la memoria de contenidos y con poco espacio para otras materias además de las ciencias y las matemáticas.
El sistema educativo de Singapur presenta una falta de discusión académica importante frente a algunos temas relevantes, como por ejemplo la innovación educativa, la segregación étnica escolar, etc.

Una vez conocemos las fortalezas y debilidades de ambos sistemas, podemos proceder a la comparación. Cabe destacar que ambos sistemas educativos son infinitamente diferentes tanto en la estructura, en la organización, en la infraestructura y en la manera de concebir la educación. Las metodologías y estrategias de enseñanza que realiza uno sería imposible de proponerlas en el otro, ya que se necesitaría un cambio estructural radical. Es por ello, que consideramos que aunque Singapur sea un sistema educativo con resultados brillantes a nivel internacional, y que se encuentra a la cabeza en los rankings de educación, no llegaría a ser un ejemplo en nuestras aulas ya que dista mucho del nuestro.
Personalmente, considero que Singapur no es un ejemplo en educación, como mínimo desde mi manera de concebir la educación. Cuando analizamos un sistema educativo como el suyo nos encontramos con una educación rígida, segregadora, competitiva y estresante. Una sociedad obsesionada con la educación y un régimen un tanto autoritario. Aún y así, no podemos olvidar puntos positivos como la gran preparación de sus profesionales y la ardua selección de estos, aspecto crucial para analizar su calidad. Pero el coste personal que supone para los alumnos el hecho de mantener un buen nivel académico no es compatible con la forma que tenemos en España de concebir la educación y la calidad de vida. Creo que la calidad de la educación no se puede conseguir a costa de todo, sacrificando el bienestar y la calidad de vida de niños y adolescentes que también deben disfrutar de la vida. Es por ello, que las metodologías y las estrategias de aprendizaje tan duras y competitivas que se promocionan dentro del ámbito escolar y que exigen un esfuerzo sobrehumano al alumnado no es la solución por la que hay que pasar para mejorar un sistema educativo. Es eficiente? Si. Da buenos resultados? Si. Pero a qué precio…
Siguiendo al hilo de esta cuestión, tenemos que tener en cuenta que la educación en Singapur consigue la excelencia a costa del estudiante, ya que la presión familiar y escolar es tan fuerte que los niños apenas saben desenvolverse socialmente.
Por todo esto, quiero destacar que aunque no se detectan críticas respecto a la organización de las materias y al número de horas, el sistema de Singapur es demasiado rígido y elitista, con poco énfasis en el pensamiento creativo. Para esta cuestión, el Ministerio de Educación ha introducido recientemente un mayor énfasis en el pensamiento creativo y crítico, buscando un aprendizaje de “habilidades para la vida” en lugar de sólo sobresalir en los exámenes. Sin embargo, muchos niños continúan siendo presionados por sus padres y maestros para tener un buen ranking, con lo que ya no les sirve el hecho de promocionar de curso.


A modo de conclusión, el sistema educativo de Singapur caracterizado por el mérito, el esfuerzo, el bilingüismo, la presión familiar y la segregación en función de los resultados académicos no es compatible con el sistema educativo español por lo que no lo consideraremos un modelo a seguir del cual aprender y establecer mejoras en el nuestro propio. 

Sara López García, 31 de Enero de 2014.