domingo, 21 de septiembre de 2014

Explicación del éxito educativo de Finlandia.

Hasta el momento hemos ido viendo las características, los resultados y la comparativa del modelo educativo finlandés y el nuestro. El modelo educativo de este pequeño país nórdico nos lo han presentado desde hace unos años como el mejor, el que consigue mejores resultados y hace de sus alumnos ciudadanos muy bien preparados capaces de aportar gran valor a la sociedad. Lo que resulta más difícil, a priori, es saber cuáles son aquellos factores y/o características que convierten a este país en el mejor de Europa y de los mejores del mundo. Tras el análisis que hemos ido haciendo en las anteriores entradas, he querido recoger, a modo de conclusión, aquellos aspectos que resaltan más y que, a mi parecer, nos ayudan a entender el éxito de un sistema educativo brillante.
Uno de los principales factores que más nos ayudan a entender y explicar el éxito de Finlandia en educación es su afán por construir los pilares de su fortaleza en el conocimiento, la destreza y la productividad. Los finlandeses apuestan por la educación porque saben que como país pequeño, rodeado de vecinos poderosos como Rusia o Suecia y sin un arsenal de recursos naturales a su disposición, la cultura y su dominio en el ámbito del conocimiento es lo que les da la posibilidad de competir en una economía global. Un dato revelador es que Finlandia es el tercer país del mundo que invierte más en I+D y el que tiene más investigadores por cápita a nivel mundial.
De hecho hay quien dice que el éxito finlandés se debe a que encajan tres estructuras: la familia, la escuela y los recursos socioculturales, como ludotecas, bibliotecas, cines, etc. Los tres engranajes están ligados y funcionan de forma coordinada, ya que los padres tienen la convicción de que son los primeros responsables de la educación de sus hijos, por delante de la escuela y complementan el esfuerzo que se hace en el colegio. En Finlandia, además, existe una herencia cultural basada en la responsabilidad que fomenta la disciplina y el esfuerzo, por lo que la sociedad valora a las personas por su formación y no por su situación socioeconómica. Los medios indirectamente también ayudan al aprendizaje de la lectura mediante programas de televisión en versión original subtitulados, lo cuál impulsa a los niños a aprender a leer y a aumentar la velocidad lectora.
Otro factor clave de éxito es que tanto políticos, directores de centros escolares, profesores y universidades van todos a una y, junto con las familias, priorizan la educación y el desarrollo del talento por encima de cualquier otro aspecto.
Finlandia tiene un sistema donde políticos, pedagogos, empresarios, estudiantes, etc., saben que la educación es el principal recurso del país para competir en el mercado internacional y para construir una ciudadanía cívica. Hace unos años el sistema estaba mucho más centralizado pero descubrieron que los resultados eran mejores si cedían más poder y autonomía a los colegios. Hasta llegar al punto en el que se encuentran ahora, donde las competencias en educación están mayormente delegadas a la administración local y al propio centro de enseñaza junto con el profesorado que está a su cargo.
Hablando en términos legislativos y políticos, las ventajas que proporciona el modelo finlandés a sus estudiantes provienen de su gasto público, que representó en 2009 el 6,8% del PIB (el 5% en España). Así, la enseñanza obligatoria es gratuita en todos sus conceptos, desde el material hasta los gastos de comedor y transporte. También los estudios universitarios son gratuitos, incluidos aquellos destinados a los adultos. Es, además, en Finlandia donde la educación es uno de los temas sobre el que existe consenso político respecto a su importancia, lo que supone una estabilidad en el sistema educativo que permite que éste se desarrolle completamente, pueda evolucionar y madurar dentro de los mismos parámetros. Los finlandeses, por lo tanto, consideran que la educación es la llave para el desarrollo de un país, por lo que el país nórdico dedica del 11% al 12% de los presupuestos del estado y los ayuntamientos a financiar este modelo de educación. Lo más positivo de todo es que el gasto se realiza de un modo eficiente, ya que el gasto medio por alumno es muy similar al de España, siendo los resultados muy diferentes, casi extrapolados. Además, el sistema social finlandés contribuye con numerosas ayudas oficiales a las familias para que puedan conciliar su trabajo y la atención a sus hijos y, con ello, continuar con su dedicación y empeño educativo también en el hogar.
Sin duda uno de los aspectos más relevantes del éxito educativo de Finlandia es la gran valoración que recibe la figura del profesor, ya que Finlandia es un país donde ser profesor es un privilegio. Ésta es una profesión venerada socialmente y nadie se dedica porque no tiene otra opción. Sólo los mejores, los que demuestran ser más competentes y superan pruebas de selección muy duras, consiguen acceder a la universidad para recibir la formación y el entreno que los conducirá a las aulas. Esto es necesario, porque el profesor es el responsable de conseguir que cada chico y chica llegue al nivel más alto de conocimiento que sea posible. Eso si, no está supeditado a libros ni materiales; es un profesional de la educación y, como tal, es el líder, un referente, el conductor del espacio de aprendizaje que conforman ellos y sus alumnos. La comunidad confía en los profesores porque saben que han sido muy bien preparados ya que los alumnos con mejores resultados son los únicos que pueden acceder a la docencia.
El aula es un espacio donde se combina el aprendizaje teórico, con la experimentación y el descubrimiento por uno mismo, consiguiendo un espacio de innovación continua, en un ambiente distendido e informal. Mensajes como “el aprendizaje depende de ti mismo”, “es divertido aprender” y “es bueno para tu futuro” son una constante en el aula, ya que son la base de la motivación y un factor muy importante para conseguir mejores resultados en el aprendizaje. Con este planteamiento, las evaluaciones no hacen falta, solo tienen una al final de la etapa de bachillerato.
El método educativo que impera en las aulas es otro punto a favor del éxito de la educación en Finlandia. La escolarización se produce a los siete años, momento en el que los niños llegan a una madurez intelectual suficiente que les permite asimilar y comprender la información que van recibiendo. Se les ofrece una estabilidad emocional y seguridad, teniendo al mismo profesor durante los primeros seis años de primaria el cual no fomenta, en ningún momento, la competitividad del alumnado ni las comparaciones. Se intenta, además dedicar una atención personal a cada niño, para lo que se cuenta con otro profesor que entra al aula a modo de soporte. Ambos profesores prestan mucha atención a la evolución del alumno desde el comienzo, intentando atajar los problemas de orden académico en los primeros años de escolarización. Las horas lectivas de los niños finlandeses son menores que en otros países, entre las cuales se brindan ratos de juego y descanso.
La metodología ha abandonado las memorizaciones típicas y hace énfasis en el desarrollo de la curiosidad, la creatividad y la experimentación. En Finlandia la educación no es una cuestión de transmitir información, sino que es más importante aprender a pensar. Por lo tanto, la tipología de clases, lejos de convertirse en una clase magistral fundamentalmente unidireccional, se convierte en un debate abierto donde los profesores fomentan mucho la participación.
Como decía anteriormente, cada colegio en Finlandia tiene autonomía para organizar su programa de estudios. La autonomía de los colegios se enmarca dentro de un sistema en el que la educación se concibe como algo gratuito e igual para todos. Además, el sistema finlandés cuenta con un trabajo integrado de todos los estratos del sistema educativo, ya que están acostumbrados a organizar el sistema educativo como un todo, por lo que la colaboración para mejorar los planes de estudio es muy grande.
Aún y estas características que hacen del modelo finlandés un modelo a seguir y, aún y los fantásticos resultados académicos; un modelo como el finlandés también tiene sus inconvenientes. Existe un alto número de niños y adolescentes finlandeses que sufren depresiones y ansiedad. Además, Finlandia cuenta con una tasa de suicidios bastante elevada en comparación a otros países de la UE. Y, es en este punto donde se produce una disparidad importante, porque los alumnos pueden obtener resultados académicos brillantes, pero cuando se observan los índices de bienestar emocional, no parece que a los niños y adolescentes finlandeses les vaya tan bien. Para afrontar este problema, se imparte de manera periódica en las escuelas la asignatura Educación para la salud” con la cual se trabaja la competencia emocional y social de los alumnos. En Finlandia se cree que este será un punto de partida para mejorar el bienestar emocional de los niños y adolescentes finlandeses en un futuro próximo.
En conclusión, podríamos decir que Finlandia tiene un sistema educativo que está pensado para que nadie se quede atrás confiriendo un sistema educativo que presta atención a cada pequeño detalle para favorecer que el finlandés medio tenga un nivel educativo alto o muy alto. Aunque el sistema educativo finlandés parezca muy completo y eficaz, la escuela finlandesa tiene unos retos y unas metas que conseguir como es el responder a las necesidades del mundo global con cambios rápidos, ya que la competencia internacional requiere constante mejora en el nivel de la investigación y de la enseñanza. Además, teniendo en cuenta el crecimiento del número de inmigrantes y de la heterogeneidad cultural, Finlandia cada vez lo tendrá más difícil para mantener los buenos resultados. Por ello, tendrán que tomar ejemplo de otros sistemas educativos que hayan vivido una etapa similar y cuenten con rendimientos altos. Finlandia también ha sufrido parte de la crisis, y con la recesión económica se ha incrementado el número de alumnos en cada grupo-clase. Por ello otro de sus retos es volver a reducir el tamaño de los grupos a fin de poder dar una respuesta individualizada a cada alumno, tal y como marca su máxima. Teniendo en cuenta los resultados de Finlandia en PISA, otro de los retos que se plantea el país nórdico es reducir las diferencias de sexo en el rendimiento de la competencia lectora mediante las políticas de fomento de ésta.

RETOS:

Pero es España quien se tiene que plantear más mejoras, más cambios. A partir del análisis que hemos hecho sobre el sistema educativo finlandés y teniendo en cuenta la comparativa con el nuestro y la explicación del éxito del país nórdico, he querido enumerar lo que a mí me parece necesario para iniciar un cambio en el sistema educativo de nuestro país:

Definir una Estrategia Nacional de futuro pactada ampliamente, con una mayoría de acuerdo entre los partidos políticos.
Es del todo imprescindible dar estabilidad al sistema educativo, por lo que se hace necesario un pacto político de las principales fuerzas del Estado.
Hacer transparente la financiación escolar y clarificar y explicar el precio de una plaza escolar. Además, aplicar dichos criterios a todos los niños/as del estado independientemente de la titularidad del centro donde estudien.
Más inversión educativa por parte del Estado. El objetivo debería ser un 6% del PIB en los próximos 10 años para compensar el estancamiento de los últimos 14 años.
Incrementar el gasto público en la protección de las mujeres y hombres con hijos para la mejor conciliación de la vida familiar y laboral.
Potenciar y coordinar los servicios de atención sanitarios infantiles dentro y fuera de los centros educativos.
Ofrecer más autonomía y descentralización a los centros educativos y a las administraciones locales.
Hacer una selección del profesorado de educación primaria y secundaria previa a la entrada a la universidad, formación y reciclaje muy estrictos de los docentes de dichos niveles, especialmente en competencia lectora.
Profesionalización muy exigente de la función directiva.
Para una mejora del aprendizaje de la lectura por parte de nuestro alumnado, crear una red de bibliotecas municipales y escolares, exigir y organizar la especialidad de su personal y, priorizar el acceso a ellas para todos los ciudadanos.
Para una mejora del aprendizaje de las lenguas se podría proponer que el Consejo Audiovisual del Estado planifique que las cadenas de televisión emitan progresivamente la programación extranjera en la lengua original con subtítulos.

Todo este sistema educativo que hemos estado analizando desde hace ya unas cuantas entradas es difícilmente extrapolable a España, porque el sistema educativo finlandés tiene sentido en una sociedad bien educada y respetuosa, donde los niños son lo más importante, donde su educación es un pilar básico porque ellos son el futuro. Aquí, en nuestro país, los niños son lo de menos (hasta que no eres adulto no te tienen en cuenta), las clases están abarrotadas y no dejan de hacer recortes en educación. Además, las bajas maternales y paternales son ridículas y las madres y los padres que se quedan más tiempo con sus hijos son vistos como personas que se dejan, que no quieren “realizarse”. Por ello, los niños acaban en la guardería o con la abuela, en vez de con los padres. A esto hay que sumarle que en los colegios acaban teniendo clases demasiado estandarizadas, siendo todos iguales e intentan que los niños aprendan a leer cuanto antes, en vez de esperar a que estén motivados para ello. Algunas escuelas, además, funcionan apartando al que molesta porque no se entera y apartando al que se entera porque molesta demasiado.
Y todo esto inmerso en un sistema social donde los que más mandan pueden hacer lo que quieran con nuestros impuestos, donde cada partido que llega al poder hace y deshace a su antojo, sin tener probablemente medios ni estudios para hacerlo y en el que los padres tienen pocas posibilidades de participar activamente en la escuela principalmente porque no pueden salir del trabajo para hacerlo.
Así que como ya hemos visto nos queda mucho que aprender, pero hay que tener en cuenta que el problema no radica sólo en el ámbito de la educación, sino que nuestro país tiene un problema estructural que afecta a todos los ámbitos.


Cuánto nos queda por aprender… 

Sara López García, 21 de Septiembre de 2014.