sábado, 1 de febrero de 2014

PISA 2012

PISA 2012

Introducción:

La OCDE ha dado a conocer, en el mes de diciembre de 2013, los resultados de la última Evaluación Internacional de Estudiantes de la OCDE (PISA2012), en la que han participado 295.416 jóvenes de 67 países, de entre los cuales 24.313 son españoles de 15 años de todo el país, con una muestra propia del alumnado de 14 comunidades autónomas. Los españoles muestran un avance en la nota. Ocho puntos más en Ciencias (de 488 a 496), siete en comprensión lectora (de 481 a 488) y tan sólo un punto en Matemáticas, (de 493 a 494).
En esta convocatoria, 45 de los 67 países participantes han mostrado mejorías en algunas de las competencias evaluadas.
Los resultados de esta edición han puesto en boca de muchos el debate sobre el sistema de enseñanza actual, el cual está sufriendo muchos cambios.

Resultados:

El rendimiento de los alumnos españoles de 15 años sigue por debajo de la media de los 34 países de la OCDE en Matemáticas, Comprensión Lectora y Ciencias, pero casi roza los promedios de la UE en las tres materias. De esta manera, España se sitúa entre los puestos 31 y 36 de los 65 países y economías que participaron en la prueba PISA 2012.
En Matemáticas la puntuación que alcanza España es de 484 puntos, significativamente inferior al promedio de la OCDE de 494 puntos. España está en el puesto 25 en Matemáticas, a la altura de Italia o Portugal, y un poco por encima de Estados Unidos o Suecia. En el tope de la tabla está Corea y detrás Japón y Suiza.
En Lectura, la media de la OCDE se encuentra en 496 puntos, ocho puntos más que los obtenidos por España. La diferencia con la media europea es mínima: España alcanza 488 puntos y Europa, de media, 489. España está en el puesto 23 de la tabla, con la misma puntuación que Luxemburgo o Hungría, y por encima de Suecia, Eslovenia o Islandia. El mejor resultado es el de Japón, con 538 puntos, seguido de Corea (536) y Finlandia (524).
En Ciencias, el mayor avance registrado por los alumnos españoles, nos quedamos a cinco puntos de la media de la OCDE, y un punto por debajo del promedio de la UE. Es el puesto 21 de la tabla, por encima de Noruega y casi a la altura de Estados Unidos, Dinamarca o Francia. En Ciencias la cabeza de la lista es Japón, con 547 puntos, y Finlandia con 545.  
Cabe destacar de los resultados de PISA 2012 la escasez de alumnos excelentes, dato que lleva destacando desde el inicio de la participación de España a esta prueba de carácter internacional. De hecho, una media de apenas el 7% de alumnos españoles alcanza los niveles altos (5 y 6) de rendimiento. Este resultado, por lo tanto, indica una proporción baja de alumnos excelentes. En el extremo opuesto, una media del 20% de los alumnos se encuentra en el nivel bajo de rendimiento o no lo alcanza, lo que indica que uno de cada cuatro alumnos españoles no posee un dominio básico de las competencias matemática, lectora y/o científica.

Análisis de los resultados:

    Los resultados de la evaluación PISA 2012 muestran que el rendimiento académico de los estudiantes españoles en las tres áreas evaluadas permanece básicamente estable en relación con las anteriores ediciones. El resultado global del rendimiento académico en España sigue situado significativamente por debajo del promedio de la OCDE en las tres áreas examinadas: lectura, matemáticas y ciencias. 
   No se han producido cambios significativos en los resultados de España en matemáticas entre 2003 y 2012, ediciones en las que las matemáticas han sido el foco de especial atención de la evaluación PISA. El descenso entre 2003-2012 ha sido de un solo punto (de 485 a 484), lo que no constituye un cambio significativo.
   En PISA 2012 se observa una tendencia de mejora, no significativa, de los resultados de España en lectura (488) respecto a PISA 2009 (481), aunque continúan siendo algo inferiores a los que alcanzó España en PISA 2000 (493)
   En 2012 la puntuación de los alumnos españoles en ciencias mejora siendo ocho puntos mayor que en 2006 (de 488 a 496), aunque este incremento no llega a ser estadísticamente significativo. En el año 2000, cuando fue la primera edición de PISA, España obtuvo 491 puntos. Esta mejora de resultados en ciencias se debe en parte a la disminución de la proporción del alumnado con niveles muy bajos de rendimiento en 4 puntos porcentuales.
   El nivel sociocultural y económico de las familias explica un 15,8% de la diferencia de los resultados entre unos alumnos y otros, un porcentaje algo superior al del conjunto de los países de la OCDE (14,6%) y que ha aumentado con respecto a otras ediciones. Un mayor porcentaje de asociación entre este índice y el rendimiento de los alumnos implica menor equidad, puesto que significa que los alumnos de entornos desfavorecidos tienen en promedio peores resultados. De manera que, a pesar de la influencia del nivel socioeconómico y cultural de las familias sobre el rendimiento académico, otros muchos factores individuales, escolares y sociales, también contribuyen al logro de buenos resultados educativos. Este factor es bastante preocupante, ya que la equidad en la educación española ha empeorado.
    En ediciones anteriores el entorno socioeconómico del alumno en España tenía menos peso en los resultados que en la media de la OCDE. Esta tendencia se ha revertido absolutamente y ahora nuestro país se encuentra por encima de la media en la influencia del entorno en los resultados de las pruebas. 
    El sistema educativo español es más homogéneo que el conjunto de la OCDE, puesto que en los centros educativos de nuestro país conviven alumnos de alto, medio y bajo rendimiento, algo que no ocurre con la misma intensidad en el resto de países. 
    Se sigue confirmando, con ligeras variaciones, los resultados de las anteriores ediciones PISA que muestran que las alumnas tienen mejor rendimiento que los alumnos en lectura (503 frente a 474), y peor rendimiento en matemáticas y ciencias (476 frente a 492 y 493 frente a 500, respectivamente). 
   En España, tanto el porcentaje de población con estudios con orientación general como el porcentaje de la formación profesional son bajos en comparación con el resto de países analizados. Según los datos, el fracaso escolar y la no continuidad en estudios de orientación general pueden ser las causas de este efecto. 
   España se encuentra entre aquellos países con mayor población que no alcanza un nivel de estudios superior a la primera etapa de Educación Secundaria (un 46% de la población adulta), hecho que difiere de la media de la UE (24%) y de la OCDE (25%). 
   Según datos aportados por el Ministerio de Educación, el rendimiento promedio sigue por debajo de la media de la OCDE, a pesar de que se ha gastado “un 35% más en educación en 10 años”. Por lo tanto, España debería alcanzar mejores resultados educativos teniendo en cuenta el gasto que realiza en educación por estudiante entre los 6 y los 15 años. Aunque hay una relación positiva entre el gasto por alumno y el rendimiento en los países cuyo gasto es inferior a 50.000$; una vez alcanzado este nivel de gasto, desaparece esta relación. El gasto acumulado en España en un alumno desde los 6 a los 15 años es de 82.178$. A pesar de haber aumentado el gasto por estudiante en 21.108$ entre 2000 y 2012 los resultados de España no han mejorado. Por lo tanto, ¿dónde está el problema del sistema educativo si su causa no es la inversión económica que se destina?

Conclusiones:

    Los bajos resultados coinciden en gran medida con factores como el ingreso familiar y el nivel educativo de los padres. Niveles sociales más altos presentan productividades más elevadas. Ello indica que el entorno familiar es también una de las variables que determinan los resultados observados. Esto demuestra el impacto intergeneracional de la pobreza y el de la educación y, por ende, la necesidad de intervenciones integrales, que no se limiten a la política educativa-escolar sino que apunten a mejorar las condiciones de vida de las familias y de toda la sociedad; y, asumir de manera integrada la educación de niños, jóvenes y adultos dentro y fuera del sistema escolar y a lo largo de la vida. Además, destaca la diferente participación en la educación privada de los hijos de familias con diferentes estatus socio-económico y cultural. De ambos elementos se deduce que la financiación del estado a la educación privada favorece principalmente a los grupos sociales con mayores recursos, sin que los resultados justifiquen la regresividad de este tipo de medida. 
    Destaca el impacto negativo de la característica “repetidor” entre los estudiantes (los valores medios indican una diferencia equivalente a dos años de escolarización entre repetidores y no repetidores). Es la variable más relevante en la explicación de la diferencia de resultados y pone de manifiesto la necesidad de abordar el problema de los estudiantes con dificultades en etapas tempranas, dado que los repetidores tienden a acumularse en los últimos años del ciclo obligatorio cuando ya es muy difícil revertir su situación (muchos de ellos esperan simplemente a cumplir los dieciséis para abandonar la educación). Queda confirmado asimismo que la repetición escolar es inútil como estrategia para asegurar el aprendizaje y muy costosa para los sistemas escolares y los países.
   Los alumnos escolarizados en centros con una alta proporción de estudiantes que faltan a alguna clase (absentismo escolar no justificado) tienden a obtener peor rendimiento. En PISA 2012 su rendimiento empeora considerablemente respecto a PISA2003. En PISA 2003 el alumnado que acudía a centros donde más del 25% del alumnado llega con retraso a clase obtuvieron 18 puntos menos en Matemáticas. En PISA2012 esta diferencia ha ascendido a 26 puntos. En España el 28% de los alumnos declaran haber faltado a 1 o más días de clase sin justificar en las dos semanas previas a la evaluación. En la OCDE este porcentaje es significativamente inferior (un 15%). 
    La ratio alumnos por profesor en los centros evaluados en PISA es ligeramente más baja en España (12,5%) que en la OCDE (12,6%). Aunque hay que tener en cuenta que una menor ratio de alumnos por profesor no hace que nuestros resultados mejoren a diferencia de la media de la OCDE. 
   Tomando como base los resultados de PISA, podamos tomar como recomendación el conseguir a las personas más aptas para ejercer la docencia, desarrollarlas hasta convertirlas en docentes eficientes y, garantizar que el sistema sea capaz de brindar la mejor educación posible a todos los estudiantes. Con esto quiero decir que los países con mejores resultados son países cuyos docentes tienen una preparación inicial muy sólida y de calidad. Por ello, debemos tomar el ejemplo y mejorar la calidad de la educación que brindamos a los futuros docentes. 
   Hay países con calendarios y jornadas escolares extensas que obtienen resultados más bajos en las pruebas que otros con calendarios y jornadas más cortos. Los alumnos españoles de la ESO tienen 1.050 horas de clase al año por las 907 de la OCDE.  Finlandia es el país con menos horas de clase entre los “países desarrollados” y es de los que mejores puntuaciones obtiene, muy por encima de España, con más horas de clase al año. Un país con más horas de escolaridad, en definitiva, no necesariamente es más educado. Lo que importa es para qué, en qué, dónde y cómo se usa el tiempo y no meramente cuánto.
ü  Acceder a la educación preescolar aparece en general asociado a mejores resultados en las pruebas, especialmente en lectura.  Pero no cualquier educación preescolar sirve, su calidad es fundamental. 
   Sabemos que la solución a los problemas escolares no pasa solo ni necesariamente por más dinero. Los resultados de la prueba internacional PISA confirman que los recursos financieros son condición necesaria, pero no suficiente, para lograr un buen sistema escolar y, que no importa solo cuánto, sino sobre todo en qué y cómo se gasta. 
    La igualdad en la baja calidad podría ser la máxima de nuestro sistema educativo. Si el nivel del Sistema Educativo es bajo, los resultados serán bajos. Por lo tanto, nuestros niveles de equidad pueden ser elevados, pero dentro de un sistema educativo con un nivel de calidad bajo. 
    La autonomía de los centros escolares, especialmente en cuanto a las decisiones sobre los contenidos, sigue siendo mucho más baja en España que en el promedio de los países de la OCDE. Solamente el 58% de los estudiantes asisten a centros educativos que tengan algún papel en la decisión sobre su oferta de cursos frente al 82% de promedio en los países de la OCDE. 
    La presencia de evaluaciones externas y estandarizadas en España es menor que en la OCDE. Un 44% de los alumnos españoles acude a centros en donde los resultados de la evaluación se utilizan para compararlos con los puntos de referencia regionales y nacionales. En la OCDE este porcentaje es superior, del 61.7%. 
   En cuanto a los mecanismos de rendición de cuentas, se observa una clara tendencia hacia el uso de los resultados académicos para comparar los centros educativos con la media nacional o regional tanto en España, como en la OCDE. En la OCDE el 45% de los alumnos asisten a centros que hacen públicos sus resultados, mientras que en España esa cifra se reduce a un 13%. La autonomía de los centros en la gestión de recursos en combinación con los mecanismos de rendición de cuentas aumenta el rendimiento educativo.

Recomendaciones de PISA: 

Equidad: Es un valor positivo en el que incide el informe. Se aboga por la equidad y no por la segregación, por la búsqueda de la mayor calidad posible.
Autonomía de los centros: El informe aboga por la autonomía de los centros y la descentralización, y por las relaciones fluidas entre centro y comunidad educativa.
Entorno socioeconómico del alumno y del centro y medidas educativas: Las diferencias de rendimiento en función del entorno son importantes, pero aún lo son más las diferencias derivadas del entorno socioeconómico que tenga el centro. La cuestión es si actuar sobre los alumnos o sobre el entorno. En nuestro caso, se recomienda actuar sobre los centros con alumnos que tengan bajos rendimientos.
Profesorado: El informe demanda más formación, y de mejor calidad, del profesorado (inicial y permanente) para aumentar la calidad de los sistemas educativos y poder mejorar su capacidad de aplicar medidas efectivas de atención a la diversidad (capacidades, actitudes y comportamientos).

Críticas a PISA:

PISA consiste en una prueba estandarizada de dos horas de duración que nos aporta datos sobre las destrezas, habilidades y competencias de nuestros alumnos en las áreas de matemáticas, lengua y ciencias. Se aplica a jóvenes de 15 años considerándose que a esa edad están próximos a concluir la educación establecida como obligatoria en la mayoría de países. Pero hay quien critica la excesiva confianza que se le da a los resultados de PISA a la hora de juzgar y poner en entredicho la efectividad de los diferentes sistemas educativos del mundo.
Este es el caso de la investigadora del Centro de Estudios Independientes, de Australia, Jennifer Buckingham, quien explica: “Es problemático juzgar la calidad de un sistema educativo diverso y complicado con una sola evaluación, no importa lo buena que sea. PISA y TIMSS están bien diseñadas y bien implementadas, y proporcionan datos sólidos sobre las habilidades y conocimientos, pero es mucho lo que PISA no evalúa”.
La OCDE defiende que el informe trata de ofrecer una visión de las destrezas en competencia de materias básicas como son las matemáticas, la lectura o las ciencias. Los resultados distan mucho de ser precisos pero abren una ventana a la realidad educativa actual en países desarrollados.
Otra crítica que se hace partiendo del caso español es que PISA mide competencias y España no fue hasta 2006 cuando los introdujo en el sistema educativo mediante la aprobación de la LOE. Por ello hay quien justifica los resultados de España partiendo de la base que “a los chicos no les ha dado tiempo a adquirirlas, porque hasta ahora el sistema educativo español no trabajaba en esa línea. Por tanto, los datos de PISA no son cien por cien objetivos y no son una nota real para España. Medimos las competencias de los estudiantes, cuando estas enseñanzas están arrancando en muchos centros”. Partiendo de esta base, tampoco a los profesores les ha dado tiempo a ese cambio de mentalidad y a modificar sus métodos de enseñanza bajo el concepto de la competencia. “Implantar los estándares de PISA lleva tiempo y no termina de encontrar calado en nuestro sistema educativo”.
También, hay quien cuestiona los resultados de PISA por falta de homogeneidad, ya que no todas las CCAA españolas participan en las pruebas. “La enorme desigualdad que existe entre comunidades que, con una misma ley nacional, unas trabajan por competencias y otras no”.

Otro punto cuestionable de PISA es que “está diseñado para medir ciertos parámetros, pero no todos. Por ejemplo, no mide la capacidad intelectual del alumno ni el tiempo que dedica al estudio”.  PISA, por lo tanto, estudia aptitudes y competencias en tres dominios: ciencia, matemáticas y lectora. Pero, un sistema educativo no es solo eso, no se reduce a estos tres puntos. Hay que tener en cuenta la moral, la formación de la ciudadanía, entre otros muchos aspectos. 

Sara López García, 1 de Febrero de 2014.

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