La evolución de las ideas sobre educación a lo largo de todo el siglo XVIII dio lugar a la reorganización completa del sistema educativo durante la Revolución Francesa (1789). Nicolas de Condorcet redactó los planes para una enseñanza universal, eliminando barreras de acceso. Una educación liberal, incluyendo especialmente las ciencias modernas, llegó a ser posible y extendida. La centralización de la administración escolar, con el Estado ejerciendo el control de la educación, se llevó a cabo durante el mandato de Napoleón I Bonaparte, entre 1806 y 1808.
En el 1833, fueron el régimen republicano y las leyes de Jules Ferry las que dieron lugar a la elaboración del sistema educativo que ha funcionado, a grandes rasgos, hasta la actualidad. En una Francia todavía mayoritariamente rural, Jules Ferry daba a la escuela primaria pública los principios que todavía conserva: la obligatoriedad (1833), la gratuidad (1881) y el laicismo (1882). En 1905 se lleva a cabo la separación de la Iglesia y el Estado en cuestiones educativas; en 1951, la legislación de ayudas a las escuelas privadas; y, durante la V República presidida por Charles de Gaulle, la ampliación de la obligatoriedad de la escolarización hasta la edad de 16 años. En la segunda mitad del siglo XX se produce una profunda transformación, ligada a los cambios sociales e intelectuales, a la extensión en edad de la escolarización obligatoria y al aumento de la heterogeneidad de la composición del alumnado por la inmigración y degradación de la periferia de las grandes ciudades. Lo cual ha ido configurando lo que es hoy en día, el sistema educativo francés.
Sara López García, 1 de Julio del 2018.
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