Competencias:
Francia es tradicionalmente un país muy centralizado. El Ministerio de Educación Nacional es la administración encargada de gestionar la educación en Francia, teniendo competencia para determinar los programas, las orientaciones pedagógicas, la contratación y la remuneración de los docentes.
Hace aproximadamente 20 años, Francia emprendió el camino de la descentralización. Por ello, Francia se ha dividido en 30 academias dirigidas cada una de ellas por un rector que se es responsable del funcionamiento del sistema escolar en la región geográfica de su competencia.
Los municipios son responsables del acondicionamiento de las escuelas maternales y primarias, así como de la utilización de sus fondos presupuestarios.
La descentralización ha tenido también como consecuencia que los directores de escuela (maestros) hayan gozado de más libertad pedagógica y administrativa. Han adquirido una autonomía pedagógica que les ha permitido dotarse de un perfil individual, desarrollando sus propias modalidades de aplicación de los objetivos y contenidos de los programas nacionales. Esta autonomía les permite adaptarse mejor a los alumnos y ofrecerles las respuestas correspondientes a sus necesidades.
Financiación económica:
El presupuesto dedicado a educación, que es relativamente estable desde el 2000, alcanzó en 2003 el 23% del presupuesto del Estado. El gasto total en materia de educación ascendía en 2002 a 103,6 millones de euros, es decir, 1.690 euros per cápita y el 6% del producto interior bruto (PIB). Francia se sitúa por encima de la media de los países de la OCDE por delante del Reino Unido (5,3%), Alemania (5,3%), Italia (4,9%) y España (4,9%). En cuanto al gasto por alumno, Francia se halla entre la media de los países de la OCDE para los alumnos de primaria y por encima de la media para los alumnos de secundaria.
Sara López García, 1 de Julio del 2018.
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